Comencé a disfrutar de cada una de las putas locuras que
la vida tenía reservadas para mi.
Desde entonces, vivo entre botellas de vodka,
tacones altos y besos que no siento.
¿Sabes? Tengo mil razones para morir ahora mismo.
Pero, querido desconocido, con este whisky en mi mano, y tu mano en mi culo; tengo mil y un argumentos
para seguir viviendo una noche más.