Él sigue ahí, no lo puedo borrar. Él solito quiere marcharse de mi, pero no puede. Se ha quedado encerrado en mi corazón y aunque yo día tras día intento encontrar ese botón de eliminar no consigo nada. Poco a poco está ocupandome el corazón entero. No sé cuando se va a ir, pero yo estoy ya cansada. Cansada de acabar siempre en su perfil, mirando sus fotos, sus ojos, sus risas, sus tonterías. Cansada de averiguarle con una mirada que es lo que piensa. Cansada de sentirme culpable, culpable porque mi corazón se esté olvidando de todo excepto de él. Estoy arta de llorar, de abrir ese grifo y soltar lágrimas. Estoy aburrida de tener que quererlo sin querer. Y me duele. Me duele pasar por su lado y que no me mire, me duele querer hablarle y no poder, me duele quererlo y que no me quiera. Así es la vida. Pero yo en vez de llorar porque se acabó sonreiré porque sucedio.
No hay nada peor que vivir enamorado, amar y no ser amado.
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